Ayuda psicológica ante el coronavirus

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31/03/2020 - 14:50
Ayuda psicológica

Lectura fácil

  • El Ministerio de Sanidad y el Consejo General de Psicólogos activan un teléfono de apoyo para la población afectada por el COVID-19.
  • Se presta el servicio de atención psicológica con 3 números de teléfono.
  • Los beneficiarios son: familiares de enfermos o fallecidos por el coronavirus, profesionales con intervención directa en la gestión de la pandemia y población en general.

En estos días ante la vulnerabilidad que está provocando el COVID-19 en todos sus sentidos: el confinamiento, la preocupación de la propia situación, nuestra salud y la de las personas que queremos, la incertidumbre al no saber, el duelo y las pérdidas; diversos psicólogos indican que es normal sentirse preocupado, triste, nervioso, enfadado…cuando una situación de emergencia y alerta llega a nuestras vidas.

Debemos poner atención cuando estas sensaciones se instalan en nuestro estado de ánimo, ocasionando cambios y modificaciones. Es decir, nos comportamos de otra manera. Y se observa, cuándo esta sensación comienza a interferir en nuestras acciones. Nos puede limitar, hasta el punto de no poder gestionar de forma adecuada la situación, llegando a no resolver con eficacia cuestiones del día a día.

Tal y como GNDiario viene publicando en estos días, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los propios colegios oficiales de la psicología en: Madrid, Murcia o Cantabria, han publicado una serie de recomendaciones para que la población puedas gestionar de forma adecuada esta situación aversa.

Vale la pena repasar qué habilidades nos sirvieron para superar otras situaciones adversas en el pasado”, esta es una frase que aparece en la web del colegio de la psicología de Cantabria. Y es que tal y como se representa, en estos días de cuarentena, es positivo tal y como nos recomiendan los expertos, traer desde nuestra cabeza, a nuestro momento presente, esas situaciones pasadas que nos permitieron crecer y avanzar como personas y nos aportaron una experiencia, además de un aprendizaje personal.

Ministerio de Sanidad y el Consejo General de Psicólogos

Se han activado tres números de teléfono diferenciados, para prestar apoyo psicológico y asistencial a personas con dificultades derivadas del coronavirus.

Su finalidad es desarrollar un sistema de apoyo y atención psicológica, orientado al manejo del estrés y situaciones de malestar derivados de las diferentes realidades que está generando esta pandemia. Esta modalidad de prestación asistencial se realiza a través de tres números de teléfono diferenciados, dirigidos a grupos poblacionales concretos:

  •  El 91 700 79 89 para familiares de personas enfermas o fallecidas como consecuencia del coronavirus.
  • El 91 700 79 90 para profesionales con intervención directa en la gestión de la pandemia como sanitarios, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o Policía Local, entre otros.
  •  El 91 700 79 88 para la población en general con dificultades derivadas del estado de alerta.

El horario de atención es desde las 09:00 hasta las 20:00 horas, todos los días de la semana. Este servicio telefónico de atención psicológica está atendido por psicólogos y psicólogas con experiencia y conocimiento en las diferentes áreas de atención. Seguirá un protocolo común de asistencia con plena garantía de confidencialidad profesional. Cuenta con un centro de coordinación, integrado por un equipo de expertos, liderado por la catedrática de Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid María Paz García Vera.

Sugerencias a tener en cuenta

Los Colegios de Psicología en España se unen para proponer estas ocho claves en un momento tan anómalo como el que vivimos.

1. Infórmate bien

La primera recomendación de los psicólogos es informarse bien porque una gran parte de los mensajes e información que se comparten no están contrastados. Por tanto, uno debería resolver sus dudas sobre el coronavirus a través de canales oficiales o contrastados: una buena opción puede ser el portal que ha habilitado la OMS sobre el coronavirus o la web del ministerio de Sanidad, que ofrecen información actualizada.

2. NO te intoxiques

Es decir, no caer en la sobre información. Estar todo el día conectado y pendiente de la información sobre el coronavirus “no hará que uno esté mejor informado ni le dará más protección ante el virus y, en cambio, aumentará la sensación de riesgo innecesariamente”, explican los psicólogos. Un ejemplo claro son los llamamientos a no darse besos ni abrazos, unas restricciones que los expertos consideran injustificadas.

Los expertos enfatizan que el hecho de que haya una gran cobertura de noticias sobre este tema no significa necesariamente que sea una amenaza para nosotros y nuestra familia.

Y en línea con evitar la infoxicación, vale la pena poner en cuarentena la información que circula por watsaps y redes sociales y contrastarla antes de tomar alguna decisión relacionada con ella o compartirla.

3. Informa bien a los demás

Es fundamental no hablar permanentemente del tema y evitar difundir rumores o informaciones falsas. Para ello, lo mejor es compartir información que realmente sea relevante.

También se ha de informar bien a los niños. Es fundamental estar atento a sus dudas y preocupaciones e ir respondiendo a sus preguntas a medida que aparecen, con explicaciones claras, sin mentirles pero sin abrumarles tampoco con mucha información.

4. Confía en la ciencia

Es importante seguir las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias para protegerse de un posible contagio. Pero sólo esas. Tomar más precauciones de las que los médicos consideran justificadas por la evidencia científica no nos dará mayor protección frente al virus y, en cambio, alimenta el miedo y la angustia, “tanto en uno mismo como en las personas del entorno”, advierten los psicólogos. De ahí que se aconseje, tanto en el caso de los adultos como especialmente en el de los niños, mantener las rutinas y agendas cotidianas en la medida de lo posible. “El miedo se controla mucho mejor a través de nuestros comportamientos saludables que a través de los razonamientos autoinducidos o de las precauciones innecesarias”, aseguran los expertos.

5. Cuídate

Si se tiene fiebre, tos y dificultad para respirar o dudas sobre la posibilidad de haberse contagiado, es importante contactar con las autoridades sanitarias y seguir sus instrucciones para recibir atención médica. Pero cuidarse no significa sobreprotegerse y hacer consultas médicas superfluas a los servicios de atención médica, que ya van bastante colapsados. Por otra parte, como ocurre ante cualquier otra enfermedad infecciosa, una buena manera de protegerse es extremar los hábitos de vida saludables para mantener lo mejor posible nuestro sistema inmunitario y nuestra salud en general. Mantener estos hábitos es especialmente importante si uno ha de quedarse en casa por haber estado en contacto con algún infectado. “Si debes permanecer recluido en casa, debes cuidar la dieta y las horas de sueño, pero también practicar ejercicio y mantener el contacto por teléfono o mensajes con amigos y familiares, porque la vida social es importante”, indican.

6. Acepta tus sentimientos

La Psicología explica que el miedo es una respuesta adaptativa que nos ayuda a mantenernos alerta y a tomar las medidas necesarias para minimizar riesgos, ya sea por la vía de evitar el peligro o de buscar la manera de afrontarlo. Por eso instan a no rechazarlo ni taparlo. “Reconoce tus sentimientos y acéptalos; y si hace falta, compártelos con las personas más próximas”.

7. Usa el humor

Otra de las recomendaciones de los psicólogos frente al brote del coronavirus es usar el sentido del humor. “El humor es una emoción que te ayudará a mantener el miedo (que es otra emoción) a raya”, aseguran. En este sentido, las redes sociales sí que pueden resultar de gran ayuda. En Twitter, por ejemplo, circulan gran cantidad de memes, parodias y mensajes divertidos.

8. Tira de experiencia

Junto al humor, otra herramienta útil para gestionar la angustia y la incertidumbre que provoca la expansión del brote de COVID-19 es la propia experiencia. “Repasa las habilidades que ya has aplicado en el pasado para afrontar y manejar otras circunstancias adversas que se te han presentado en la vida; utilizar esas habilidades te ayudará a controlar también tus emociones ante este desafío”, indican desde la OMS.

Los médicos también necesitan ayuda psicológica

El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime) del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (Icomem) ha registrado un aumento de la demanda de profesionales sanitarios que solicitan ayuda por ansiedad, problemas emocionales o trastornos del sueño ante la crisis por el Covid-19.

"El sobresfuerzo y la presión añadida de trabajar en unas condiciones límites, pueden hacer mella en la salud mental de los médicos", según informó el Icomem. Por eso, el Colegio de Médicos de Madrid recordó que el colegiado cuenta con el servicio que ofrece el Paime, un servicio que ha flexibilizando sus horarios y los canales de comunicación, también online, además de la consulta presencial para poder atender a los médicos con trastornos psíquicos durante esta crisis sanitaria

Además, advirtió que "aunque estemos acostumbrados a situaciones de alta demanda, ésta es extraordinariamente compleja. En este sentido es importante trabajar en la prevención de los posibles trastornos que pueden aparecer en este colectivo profesional mirando al futuro, a la etapa postpandemia".

Los profesionales sanitarios precisan de estabilidad emocional

Esta especialista considera que el objetivo es que los facultativos puedan mantener su estabilidad emocional, y cuando ésta se ve alterada, ayudarles a manejar de forma adecuada las emociones y sentimientos que pueden aparecer, para prevenir la aparición de trastornos mentales y si así ocurre, tratarlos lo antes posible para evitar se cronifiquen. 

Para ello, recomendó reconocer la propia vulnerabilidad ante la demanda que nos realizan; actuar con tranquilidad; mantener un alto nivel de concentración para seguir todos los procedimientos PCI (prevención y control de la infección); descansos breves pero regulares durante la actividad asistencial para prevenir la fatiga mental; mantener apoyo y confianza entre los componentes de los equipos para aumentar la motivación e incrementar la eficiencia, y por último tener una actitud de comprensión hacia los pacientes, la mayoría superados por el miedo al contagio.

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