Juanjo Montiel, el activista de la discapacidad

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09/05/2020 - 08:30
Juanjo Montiel (Málaga, 1984) // Imagen de El País Retina - Flaminia Pelazzi

Lectura fácil

Juanjo Montiel es programador desde hace 12 años. Como cualquier otro compañero, desarrolla todo tipo de algoritmos y programas, pero él lo hace con la particularidad de que es ciego de nacimiento.

Nuestro activista de la discapacidad es de Málaga, pero con poco más de 21 años, y tras haber estudiado un ciclo superior de informática, se fue a Madrid. Tras unos años en la capital, decidió marcharse con su mujer a Barcelona, donde ella tenía más oportunidades laborales. Tras pasar por otras empresas, Juanjo es ahora el team lead en una compañía y se dedica a programar soluciones para una empresa de viajes.

Dirige el área de Accesibilidad de su compañía, imparte cursos en LinkedIn Learning, participa como ponente en congresos de tecnología, publica podcasts y videotutoriales sobre cómo erradicar la brecha digital en personas con discapacidad, denuncia malas prácticas de empresas que entorpecen el acceso universal al mundo digital.

Es ciego de nacimiento, sí, pero eso no le impide programar ni tardar menos en hacerlo que otra persona sin discapacidad. La accesibilidad no es su principal área de trabajo: apenas supone un 10% de sus tareas.

“Soy uno más del equipo y todos saben cómo funciono, cuáles son mis capacidades y cómo trabajo”, relata en varias de sus entrevistas a medios digitales. Es más, confiesa que nunca se ha topado con ninguna situación desagradable, pese a que ha tenido algún que otro jefe que “sin querer me han dejado de lado porque no han sido capaces de integrarme en el equipo y de ver qué rol podría desempeñar. Muchas veces se les olvida que soy ciego y me dicen espera, que te comparto la pantalla”.

Gracias a los lectores de pantalla, Montiel aprendió a programar de manera autodidacta

Con tan solo 16 años, Juanjo ya sabía programar siguiendo cursos y blogs especializados. Tras acabar secundaria, hizo un ciclo superior de desarrollo de aplicaciones que después completó con un máster en tecnologías accesibles. En una entrevista con El País Retina, cuenta que “ante todo soy desarrollador de software, pero compagino esa tarea con labores de preventa y revisiones de proyectos con el objetivo de mejorar su accesibilidad, un terreno en el que desgraciadamente queda mucho por hacer”, comenta.

En su día a día, al llegar a la oficina trabaja básicamente con Azure como proyecto repositorio y de control de versiones del trabajo en los proyectos en los que está inmerso. Tecnología accesible. “Si no lo fuera estaría perdido”, reconoce.

Juanjo Montiel también emplea mucho consolas como la de Kubernetes. Hablando con Xataka comenta que “el día a día es resolver errores, mantener reuniones con el equipo y cumplir con las entregas”. Algunas de estas reuniones se hacen con Microsoft Teams, que le permite saber quién está en las reuniones y quién está hablando en un momento dado. “Todo esto que a ti te parece lo más normal del mundo para una persona con discapacidad es relevante”.

“Si estoy trabajando en un Word el lector de pantalla me envía un sonido de alerta para avisarme del error”, explica en Xataka. Pero eso solo funciona cuando el error es gramatical. A nivel de código, si Juanjo Montiel comete un error en la variable hay complementos para Visual Studio que le avisan de forma sonora del error.

Lo más complicado es que te contraten

Juanjo no siente que tenga un techo de cristal. Para él, lo más difícil siendo una persona con discapacidad es que te den la primera oportunidad.

“Antes de entrar donde estoy ahora, hice más de 20 entrevistas de trabajo. Estoy convencido de que, en el 90% de los casos que no me cogen, es porque soy ciego”, reflexiona. “Hay mucho prejuicio, mucho miedo y mucha falta de formación y concienciación de lo que se puede y no se puede hacer”. Pero “una vez que estás dentro, solo hay que demostrar que eres capaz, que la gente vea tus habilidades”.

La accesibilidad no es un concepto tan restrictivo y hay que entender que nos afecta a todos

En España el 46,6% de las personas con discapacidad afirma que no puede utilizar el teléfono móvil y el 26,2% declara lo mismo con respecto a Internet, según el Observatorio Estatal de la Discapacidad. Falta mucha concienciación y no solo debemos pensar en las dificultades de ciegos, sordos o tetrapléjicos.

Perdemos capacidades a medida que envejecemos. En su opinión, es vital un organismo sancionador que tome medidas. “En España, ninguna gran empresa tiene una web 100% accesible, pero no pasa nada. Si la ley no se aplica, nadie se siente obligado a cumplirla”.

¿Qué características tiene que tener una tecnología para que sea accesible?

Según él, se tienen que cumplir varios aspectos. La primera es que el sistema operativo sea accesible. Windows lo es y tiene una API de accesibilidad a la cual van todos los mensajes de accesibilidad de los diferentes programas. Esta API es capaz de transmitirlos en la pantalla para que el lector de pantalla lo lea.

El navegador también tiene que ser accesible. Chrome y Firefox lo son, mientras que Edge no tanto, aunque este desarrollador confía en que su transición a Chromium cambie las cosas. Pero, además, la web también se debe de poder leer para que sea accesible. Eso significa que tiene que tener una buena semántica, que podamos manejarla por teclado, sin ratón, que tenga etiquetas, que en un enlace que no tengas Javascript oculto….

Lo ideal sería que todos los recursos cumplieran los estándares de accesibilidad, pero muchas empresas o no saben o no quieren o piensan que la necesidad no es tan importante como para cambiarlo todo.

La pelea con las empresas, y las leyes

Montiel habla en El Confidencial de que queda mucho por hacer en todo el terreno de la informática, y señala que nuestro país, y en concreto nuestras instituciones, es un malísimo ejemplo en este sentido. "Las compañías estadounidenses, sobre todo las grandes como Microsoft, Apple o Google, van adaptándose cada vez más y entienden lo que es la accesibilidad. Por ejemplo, todos los sistemas de Apple vienen con lectores de pantalla de serie, Microsoft crea todos sus programas con esta perspectiva y Google se ha trabajado hasta su paquete Office para que pueda ser utilizado por cualquier persona. Todo eso, en España no pasa".

Este 'activista de la discapacidad' afirma que las empresas toman la accesibilidad solo como un requisito momentáneo para cumplir una ley, y ya está. "Cuando una empresa hace una consultoría, en realidad lo que pide es que su web, a día de hoy, sea accesible, y ellos hacen los cambios necesarios para que eso ocurra. Pero luego no integran en sus equipos la accesibilidad como requisito indispensable, ni tienen a personas que certifiquen que los cambios que introducen siguen siendo accesibles... Y, sobre todo, no forman a sus desarrolladores para que cuando hagan esos cambios estén seguros de que no la están liando", apunta.

Su peor experiencia, explica, es con Hacienda y sus programas para presentar declaraciones.

Necesitamos un cambio cultural. "Necesitamos enseñar a la gente que se dedica a esto que deben pensar en que su trabajo va dirigido a todo tipo de personas. La informática cada vez es más importante y, a medida que se complican los desarrollos para hacerlos más completos, podemos terminar por aislar a una parte de la población si no lo hacemos correctamente, y eso también te afecta a ti, aunque no tengas ninguna discapacidad permanente".

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