El clima extremo afecta a los países en desarrollo

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27/10/2022 - 08:30
Consecuencias del clima extremo

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Alrededor de 189 millones de personas se ven afectadas anualmente por el clima extremo en países en desarrollo desde 1991, año en que se propuso por primera vez un mecanismo para responder a los costes de los efectos del cambio climático en las naciones pobres.

Así se recoge en el informe ‘El coste de la demora’, elaborado por Loss and Damage Collaboration, un grupo de más de 100 investigadores, activistas y responsables de políticas de todo el planeta.

El trabajo, en el que ha participado Oxfam Intermón, destaca cómo los países ricos han ido posponiendo repetidamente los esfuerzos para proporcionar a las naciones en desarrollo financiación específica para soportar los costes de una crisis climática de la que no son responsables.

El clima extremo tiene en los combustibles fósiles su mayor aliado

El análisis muestra que seis empresas de combustibles fósiles se embolsaron tanto dinero en el primer semestre de este año como para cubrir completamente el coste del clima extremo y acontecimientos relacionados con el cambio climático en los países en desarrollo, y todavía les quedarían casi 70.000 millones de dólares (71.200 millones de euros) de beneficio.

El informe revela que las pérdidas económicas provocadas por el cambio climático que han sufrido 55 de los países más vulnerables durante los primeros 20 años de este siglo ascienden a más de 500.000 millones de dólares (casi 510.000 millones de euros), mientras que “los beneficios de los combustibles fósiles se han disparado”, lo que desencadena que “las comunidades de los lugares más pobres del mundo paguen la cuenta”.

Destaca igualmente que con los beneficios del sector de los combustibles fósiles entre 2000 y 2019 se podría cubrir 70 veces el coste de las pérdidas provocadas por el cambio climático en 55 de los países más vulnerables.

La financiación para las ‘pérdidas y daños’ -expresión usada para referirse a los catastróficos efectos del cambio climático que no logra evitar la mitigación y adaptación- se plantea como la cuestión central de la próxima Cumbre del Clima (conocida como COP27), que se celebrará en Sharm El-Sheikh (Egipto) del 6 al 18 de noviembre, mientras los países en desarrollo llaman a la acción tras décadas de demora.

El informe recalca que el 79 % de las muertes provocadas por el clima extremo desde 1991 se han producido en los países en desarrollo, donde se encuentra el 97 % del total de personas afectadas.

Además, el número de fenómenos meteorológicos extremos y acontecimientos relacionados con el clima extremo se ha más que duplicado desde entonces y el número de personas fallecidas asciende a 676.000.

Todo el continente africano produce menos de un 4 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero y el Banco Africano de Desarrollo informó recientemente de que el continente estaba perdiendo entre un 5 % y un 15 % de crecimiento del PIB per cápita por efecto del cambio climático.

Los países contaminadores siguen con beneficios y los vulnerables pagan las consecuencias de la crisis climática

"Es una injusticia que los países contaminadores, que son desproporcionadamente responsables del aumento de los efectos climáticos devastadores, sigan cosechando megabeneficios, mientras dejan que los países vulnerables al cambio climático paguen la cuenta de sus repercusiones, que destruyen las vidas, los hogares y los empleos de las personas”, indicó Lindsay Walsh, asesora de políticas en materia de clima de Oxfam y coautora del informe.

Walsh subrayó al respecto del clima extremo que, "esto no es el futuro, está sucediendo ahora mismo: somos testigos de inundaciones devastadoras en Pakistán y de sequías sin precedentes en el África oriental”.

"Pero no es demasiado tarde. La COP27 comienza en solo dos semanas y se debe pactar la financiación para responder a las pérdidas y daños causados por el clima extremo. Nos alegra saber que este tema estará en la agenda de la COP27; un resultado ambicioso será fundamental, no solo para quienes lidian con los impactos del cambio climático en los países en desarrollo, sino también para mantener la confianza y la credibilidad. Tenemos que acabar con el coste de esta demora. El mejor momento para empezar era hace 31 años, pero el siguiente mejor momento es ahora”, apostilló Walsh.

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