Ocho fuentes históricas para reconstruir la biodiversidad del pasado, según la Estación Biológica de Doñana

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25/10/2025 - 10:00
Estudiar la biodiversidad del pasado para recuperar la naturaleza en el presente

Lectura fácil

El conocimiento sistemático de la biodiversidad, es decir de las especies, los ecosistemas, las relaciones de los seres humanos con la naturaleza, tiene registros relativamente recientes.

Según la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), los datos recopilados de forma rigurosa se incrementaron desde los años 1950, cuando ya se empezaba a percibir de modo claro el impacto humano en los ecosistemas.

Sin embargo, cuando pensamos en restauración ecológica o conservación de la biodiversidad, muchas veces los puntos de referencia disponibles ya están afectados por impactos humanos. ¿Cómo saber cuál era el estado natural, o más cercano a lo natural, antes de la transformaciones industriales o coloniales? ¿Qué tipo de fuentes podemos usar para reconstruir esos estados antiguos?

El enfoque de la ecología histórica para preservar la biodiversidad

Para responder esas preguntas, los científicos de la EBD-CSIC han adoptado un enfoque interdisciplinar llamado ecología histórica. Este campo combina herramientas de historia, arqueología, arte, tradición oral, cartografía antigua, entre otras, para reconstruir cómo era la naturaleza en épocas anteriores a los grandes impactos humanos.

Recientemente, en un artículo publicado en Nature Reviews Biodiversity, se ha identificado un conjunto de ocho tipos de fuentes históricas que pueden aportar datos relevantes sobre especies, ecosistemas y relaciones humanas-naturaleza pasadas, incluyendo épocas preindustriales.

Los ocho tipos de fuentes históricas

  1. Documentos escritos históricos: cartas, informes antiguos, registros administrativos, materiales etnográficos.
  2. Mapas antiguos: cartografía que muestra paisajes, uso del suelo, presencia de especies o ecosistemas.
  3. Obras de arte pictóricas: pinturas que representan escenas naturales (paisajes, animales, vegetación).
  4. Tradición oral: historias transmitidas por comunidades indígenas o locales que recogen prácticas, nombres, usos del entorno.
  5. Fotografías antiguas: imágenes aéreas o terrestres que pueden mostrar cómo fueron los bosques, sabanas, costas, zonas hídricas.
  6. Restos arqueológicos: esqueletos, concheros, sedimentos, restos materiales que indican presencia de especies u ecosistemas pasados.
  7. Colecciones científicas y especímenes biológicos: animales, plantas preservados en museos o colecciones que informan sobre distribución geográfica antigua.
  8. Registros ecológicos tradicionales y fuentes culturales auxiliares: recetarios, diccionarios geográficos antiguos, uso tradicional de especies, etc.

Para visualizar cómo se aplican estas fuentes en la biodiversidad, el equipo ofrece varios casos:

  • Hawái: se combinaron datos arqueológicos, informes pesqueros antiguos y etnográficos para identificar períodos de recuperación de poblaciones de coral.
  • Guinea (África Occidental): fotografías aéreas antiguas, materiales escritos e historias orales mostraron que bosques y sabanas se expandieron durante los siglos XIX y XX, contradiciendo la narrativa colonial que hablaba de una deforestación masiva.
  • España: análisis de documentos históricos, recetarios y diccionarios geográficos reveló que el cangrejo de río que se creía autóctono fue en realidad introducido desde Italia hace más de 400 años. Esto implica que ciertas estrategias de conservación deben revisarse.
  • México: tradición oral, documentos históricos y arqueología han permitido reconstruir casi 300 años de explotación pesquera de la tortuga verde del Pacífico, información clave para planes actuales de recuperación.
  • Canadá: investigaciones con restos arqueológicos, concheros y fuentes orales muestran que muchos incendios forestales fueron provocados deliberadamente por comunidades indígenas como técnica de gestión del paisaje, lo cual dejó una huella ecológica en la estructura de los ecosistemas.

Impacto sobre la conservación y la restauración ecológica

El uso de estas fuentes históricas tiene varias implicaciones en la biodiversidad actual y su conservación/restauración:

  • Permite fijar líneas de base ecológicas más antiguas que los registros instrumentales modernos, lo que ayuda a distinguir qué cambios son recientes y cuáles tienen raíces antiguas.
  • Ayuda a desmontar narrativas erróneas que han guiado políticas de conservación o manejo del territorio sobre supuestos que no se ajustan a lo que muestran fuentes históricas. Ejemplo: la idea de que ciertos ecosistemas estaban intactos o que la deforestación siempre fue progresiva cuando, en algunos casos, hubo recuperación o incluso expansión de ciertos tipos de vegetación.
  • Permite identificar causas históricas precisas de cambios ecológicos a largo plazo (como introducciones de especies, incendios inducidos, prácticas tradicionales de manejo, etc.).
  • Ofrece herramientas para diseñar estrategias de restauración más informadas, pues conocer el pasado ayuda a establecer metas ecológicas con mayor fundamento.

Nuevas tecnologías y colaboración interdisciplinar

El estudio subraya también la importancia de integrar disciplinas diversas y usar tecnologías modernas:

  • Digitalización de archivos antiguos y colecciones, para hacer accesibles fuentes escritas, imágenes, mapas, etc.
  • Uso de inteligencia artificial, visión por ordenador, para detectar patrones, extraer información de textos o imágenes históricas que de otro modo serían difíciles de procesar.
  • Ciencia ciudadana: participación de personas que pueden aportar fotografías antiguas, recuerdos, tradiciones orales, etc. Y también proyectos de remuestreo basados en sitios identificados históricamente —por ejemplo, como el proyecto Paisajes Centenarios.
  • Colaboraciones entre ecólogos, historiadores, geógrafos, paleobiólogos, antropólogos, etc., para combinar métodos y validar las interpretaciones de las fuentes. Este estudio proviene del simposio y taller SOURCES, celebrado en Sevilla en marzo de 2023, en el marco del proyecto europeo SUMHAL, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España y fondos europeos FEDER.

Síndrome del punto de referencia cambiante (“shifting baseline”)

Uno de los conceptos que el estudio pone en relevancia es el del síndrome del punto de referencia cambiante: la tendencia de cada generación a considerar natural lo que ha conocido, de modo que, con el paso del tiempo, los ecosistemas degradados acaban siendo vistos como normales y las pérdidas de biodiversidad pasan inadvertidas socialmente.

Revisitar fuentes antiguas permite restablecer líneas de partida anteriores y recuperar el patrimonio natural, no sólo físico sino también cultural, que puede ofrecer orientaciones para políticas más ambiciosas de restauración.

El estudio de la EBD-CSIC, en Nature Reviews Biodiversity, reafirma que para conservar y restaurar la biodiversidad con realismo y eficacia no basta con los datos modernos: es imprescindible mirar al pasado.

Esto enriquece nuestra comprensión de cómo han cambiado los ecosistemas, qué prácticas antiguas han sido sostenibles y cómo diseñar estrategias de conservación que reconozcan y usen ese legado.

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