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Una nueva tecnología desarrollada por investigadores de la Universidad Northwestern promete revolucionar la manera en que las madres controlan la lactancia.
Se trata de un dispositivo portátil que, mediante sensores colocados en la piel, permite monitorear en tiempo real cuánta leche materna consume un bebé durante la lactancia natural. Esta solución tecnológica busca responder a una de las principales inquietudes de las madres lactantes: saber con certeza si su hijo está tomando suficiente leche.
La cantidad de leche que el bebé consume durante una toma ha sido históricamente difícil de determinar con precisión. Las alternativas disponibles hasta ahora presentaban inconvenientes importantes. Por ejemplo, pesar al bebé antes y después de cada alimentación requiere una balanza de alta precisión y puede generar estrés tanto en la madre como en el niño.
Otra opción es extraer la leche con un sacaleches para luego ofrecérsela al bebé en biberón, pero este método interrumpe el contacto piel con piel, un componente clave para fortalecer el vínculo afectivo y estimular la producción de leche.
Ante este panorama, el equipo de investigación liderado por el profesor John A. Rogers desarrolló una solución que respeta la lactancia directa y no requiere equipos voluminosos ni procedimientos invasivos.
Tecnología al servicio de la lactancia
El nuevo sistema consta de un conjunto de electrodos blandos y flexibles que se colocan sobre la piel del pecho de la madre. Entre estos electrodos se ubica un pequeño módulo que contiene una batería recargable, un chip de memoria y un sistema de transmisión Bluetooth.
Durante la lactancia, el módulo genera una corriente eléctrica de muy baja intensidad que atraviesa la glándula mamaria. A medida que la leche fluye y se vacía el pecho, cambian las propiedades eléctricas del tejido, específicamente su impedancia, lo que permite calcular la cantidad de leche transferida al bebé.
Los datos recogidos se almacenan en el módulo y se envían automáticamente a una aplicación móvil que los procesa y muestra en una interfaz amigable para las madres o el personal de salud. Para calibrar el dispositivo, solo es necesario utilizarlo una vez mientras se extrae leche con una cantidad conocida.
Pruebas exitosas y nuevas perspectivas
El sistema fue sometido a una prueba piloto con 12 madres lactantes durante un período de 17 semanas. Los resultados fueron altamente positivos: el dispositivo demostró una gran precisión al registrar el volumen de leche consumido durante cada sesión de lactancia.
Además del uso actual, los investigadores están evaluando si esta tecnología podría emplearse en el futuro para obtener datos sobre otros aspectos importantes, como la velocidad de reabastecimiento de leche en los senos después de una toma, o incluso la calidad de la leche materna.
Una de las próximas metas del equipo es miniaturizar aún más el sistema y adaptarlo a prendas de vestir, como corpiños de lactancia, lo que permitiría un uso aún más cómodo y discreto.
Impacto potencial en la salud materno-infantil
El profesor Rogers destacó el valor del desarrollo: “Conocer cuánta leche está tomando un bebé siempre fue un desafío para las familias y profesionales de la salud. Esta tecnología elimina esa incertidumbre y ofrece una herramienta confiable y accesible para controlar esta alimentación del recién nacido, ya sea en el hogar o en el hospital”.
Esta innovación no solo representa un avance técnico, sino también una ayuda emocional para las madres primerizas que pueden sentirse inseguras sobre si su bebé está bien alimentado. En entornos hospitalarios, además, podría convertirse en una herramienta útil para neonatólogos y consultores del tema, especialmente en el caso de recién nacidos con necesidades especiales.
En suma, este nuevo dispositivo abre la puerta a una lactancia más consciente, informada y empática, sin perder de vista la importancia del contacto directo entre madre e hijo.
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