¿Cómo afecta la violencia intrafamiliar a los menores?

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31/07/2021 - 10:30
Mano en señal de STOP a la violencia intrafamiliar

Lectura fácil

La violencia intrafamiliar es cualquier tipo de abuso de poder cometido por algún miembro de la familia sobre otro; para dominar, someter, controlar o agredir física, psíquica, sexual, patrimonial o económicamente. Puede ocurrir fuera o dentro del domicilio familiar.

Según datos recientes, en las familias donde se da violencia doméstica los niños presencian aproximadamente dos tercios de los incidentes de abuso y alrededor de la mitad de éstos han sido golpeados duramente.

De hecho, la violencia intrafamiliar es más probable si hay niños en la familia, comenzando ya durante el embarazo o tras el nacimiento de estos.

La violencia en los hogares ha experimentado un incremento debido a la coyuntura de la pandemia del Covid-19 

Las estadísticas a nivel mundial suman otras cifras demoledoras: una de cada cuatro mujeres sufre abuso de su pareja, la violencia doméstica está presente en la mitad de las separaciones que ocurren cada año y el abuso sexual y emocional es más frecuente en las familias donde se produce violencia intrafamiliar.

A raíz de todo esto, el Royal College of Psychiatrists (la principal organización profesional de psiquiatras en el Reino Unido) ha publicado un informe a través de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) en el que se afirma que los niños se sienten muy alterados cuando ven a uno de sus padres abusando o atacando al otro, lo puede derivar en numerosos problemas.

Por su parte, los responsables del Máster en evaluación, prevención e intervención de adolescentes con riesgo y violencia filoparental (MEPIAR), organizado por la Universitat de Valencia, añaden en su página web que: “Los niños no solo sufren si son diana del maltrato. También si presencian que su madre o su padre son vejados física y verbalmente, si tienen que defender a alguien de su familia, si como consecuencia de la violencia son desatendidos (no se les prepara comida, no se les lava, no se cuida de ellos...), si deben huir de la casa o si ven cómo uno de sus progenitores les abandona”.

Es común que los niños con este tipo de problemas comiencen a tener un peor rendimiento en el colegio así como a desarrollar síntomas de trastorno por estrés postraumático

¿Hay efectos a largo plazo? Por supuesto. Según el Royal College of Psychiatrists los niños que han sido testigos de violencia intrafamiliar tienen más posibilidad de ser abusadores o víctimas de nuevos abusos.

“Los niños tienden a copiar la conducta de sus padres y aprenden de ellos a ser violentos con las mujeres. Las niñas aprenden de sus madres que la violencia es inevitable y es algo con lo que tienen que vivir”, afirman.

Por supuesto, no todos los niños que han sufrido la violencia intrafamiliar repiten el mismo patrón de conducta cuando crecen. “Incluso así, los niños de familias violentas con frecuencia crecen sintiéndose ansiosos y deprimidos y tienen dificultad para tener relaciones con otras personas”.

En la misma línea se pronuncia la Oficina para la Salud de la Mujer (OWH), establecida en 1991 dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. Según describen, los niños que viven en hogares donde se produce violencia doméstica “tienen mayor riesgo de repetir el ciclo cuando sean adultos e involucrarse en relaciones abusivas o volverse abusivos. Por ejemplo, un niño que ve a su madre ser víctima de abuso es 10 veces más propenso a abusar a su pareja cuando sea adulto. Una niña que crece en un hogar donde el padre abusa de la madre es seis veces más propensa a ser abusada sexualmente que una niña que crece en un hogar no abusivo”.

¿Cómo prevenir la violencia en el ámbito familiar?

Aún en medio de esta adversidad existen estrategias que fomentan la construcción de relaciones armónicas al interior de las familias.

Lo más importante es empoderar a la persona víctima de violencia. Es indispensable que la persona sepa y tenga acceso a un equipo interdisciplinario conformado por médicos, psicólogos, trabajadores sociales, abogados que orienten a la persona.

Otra de las maneras de prevenir violencia intrafamiliar es educar a los niños en el colegio, que aprendan lo que está bien y lo que está mal para que puedan controlar lo que pasa en sus familias.

También es necesario reforzar los vínculos al interior de las familias y trabajar en la autoestima, el autocuidado, el autocontrol y la autopercepción.

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