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El mar Mediterráneo es hogar de una riqueza biológica extraordinaria, y entre sus habitantes más emblemáticos se encuentran las tortugas marinas. De las siete especies que existen en todo el planeta, seis han sido avistadas en esta región. La más común es la tortuga boba (Caretta caretta), seguida de la tortuga verde (Chelonia mydas), y en tercer lugar, la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), reconocida por ser la más grande del mundo. Aunque mucho más raras, también se han registrado avistamientos de la tortuga de Kemp (Lepidochelys kempii), observada por séptima vez en 2015, y de las tortugas de carey (Eretmochelys imbricata), cuya presencia solo ha sido documentada en seis ocasiones.
Un caso destacable ocurrió en 2014, cuando en la costa de Oropesa del Mar (España) se identificó una tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) varada. Este hecho supuso una prueba más de la diversidad de especies presentes en el Mediterráneo. La aparición de esta tortuga fue especialmente significativa, al tratarse de una especie muy poco común en estas aguas.
Una red de ayuda para tortugas en peligro
Para enfrentar las amenazas que sufren estas especies, como redes de pesca, contaminación o pérdida de hábitat, se ha lanzado una nueva edición de la campaña “Tortugas en el Mediterráneo”, impulsada por la Fundación Oceanogràfic. Este verano, la sexta edición de la campaña medioambiental cuenta con la participación de 83 municipios costeros de Baleares, Comunitat Valenciana, Región de Murcia y Andalucía.
El objetivo es claro: concienciar e informar a la población
sobre cómo actuar si se encuentra una tortuga herida o en situación de peligro.
La principal recomendación, repetida en más de 1.700 carteles informativos
distribuidos en espacios públicos y medios de transporte como Metrovalencia
y Tram d’Alacant, es sencilla pero crucial:
"Si la encuentras en peligro, llama al 112".
Activar el protocolo salva vidas
José Luis Crespo, responsable de Conservación de la Fundación Oceanogràfic, ha subrayado la importancia de cada llamada al 112. Este aviso permite activar de inmediato la Red de Varamientos de la Comunitat Valenciana, un sistema coordinado por la Conselleria de Medio Ambiente, la Universitat de València y la propia fundación. Esta red actúa rápidamente para rescatar, evaluar y tratar a las tortugas heridas.
Una vez rescatado el animal, si necesita cuidados médicos, es trasladado al centro de recuperación Arca del Mar, donde recibe atención veterinaria hasta estar en condiciones de regresar al mar.
Apoyo institucional y temporada de nidificación
La campaña cuenta con el respaldo de varias instituciones y organizaciones comprometidas con la conservación marina, entre ellas Global Omnium, Fundación Azul Marino, el Acuario de Sevilla, Emergencias 112, la Ciutat de les Arts i les Ciències, y Paradores de Turismo.
Además, esta acción coincide con la temporada de nidificación, un periodo especialmente delicado para la tortuga boba, que se acerca a las playas para depositar sus huevos. Durante esta fase, cualquier perturbación puede poner en riesgo la reproducción. Por eso, ante cualquier avistamiento, ya sea de un ejemplar herido o de una hembra en proceso de anidación, se insiste en la importancia de mantener la distancia y avisar de inmediato.
Una responsabilidad compartida
La conservación de las tortugas marinas en el Mediterráneo no es tarea exclusiva de biólogos o instituciones, sino una responsabilidad compartida entre ciudadanos, autoridades y organizaciones. Cada acción cuenta. Con campañas como esta, se avanza hacia un futuro en el que estas especies, muchas de ellas amenazadas a nivel global, puedan seguir formando parte del ecosistema marino mediterráneo. El mensaje es claro: aquí salvamos tortugas.
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