El 70% de los españoles asegura que se vacunaría contra el COVID-19

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29/08/2020 - 08:00
Prototipo de una de las vacunas contra el coronavirus / ABC

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Los españoles, en su gran mayoría, confían en la ciencia. Sin embargo, la potencial vacuna contra el coronavirus aún despierta recelos. Ninguna, del centenar que se ensaya en estos momentos, ha completado las tres fases de investigación.

Cuando las vacunas contra el COVID-19 estén disponibles, el Gobierno deberá decidir si se limita a aconsejar a la población la vacunación o lo convierte en una obligación.

Confiar la inmunización a la responsabilidad individual quizá no baste

Servimedia ha publicado los resultados de una encuesta que ha coordinado el Instituto de Salud Carlos III. Tras preguntar a más de un millar de ciudadanos a la pregunta de si se vacunaría contra el coronavirus, el 30% de los encuestados han afirmado que no lo harían.

[España compra sus primeras vacunas contra el coronavirus]

Solo el 70% de los españoles se pondrían una vacuna contra el COVID-19 si estuviera disponible y fuera indicada por las autoridades sanitarias.

El trabajo, que busca contar con información sobre los conocimientos y la percepción el riesgo de la población ante la pandemia de COVID-19 y que ya presentó el mes pasado sus primeros resultados preliminares, se está llevando a cabo en otros 31 países.

Entre el 27 de julio y el 3 de agosto, se entrevistó a 1.033 personas residentes en España, todas mayores de 18 años, con una distribución casi idéntica similar por sexos (50,1% hombres y 49,9% mujeres). El 30% de los participantes tenían entre 30 y 44 años y un tercio de la muestra, entre 45 y 60. El 45% tenían estudios universitarios o FP superior y la mayor parte (56%) de los participantes refirieron ser trabajadores en activo.

En general, la percepción del riesgo frente al virus y la enfermedad sigue siendo alta

La preocupación de la población respecto a la pandemia sigue siendo elevada. Un 64% de los encuestados dice que el coronavirus le preocupa ‘mucho o muchísimo’ (en los resultados preliminares el porcentaje fue del 62%), y sólo un 11% de los encuestados señala que le preocupa ‘un poco o nada’.

Un 42% cree que lo peor de la pandemia está por venir; un 23% considera que ya se está viviendo lo peor y un 21% cree que es ‘difícil o muy difícil’ poder evitar la infección.

Además, un 43% considera que la infección, de afectarles, sería ‘grave o muy grave’.

Pese al revuelo que hemos vivido estos días sobre la controversia del uso de la mascarilla, el 94% de los españoles piensa que sirve para evitar contagiar a los demás, mientras que el 70% señala su utilidad para protegerse de ser contagiado.

El 86% señala, de manera correcta, que las mascarillas tienen que tapar la nariz y la boca, pero todavía seguimos viendo a algunas personas que no la llevan bien puesta. Es más, un 10% que cree que hay que quitarse la mascarilla para toser o estornudar.

Los resultados de esta primera ronda revelan nuevos datos sobre las preocupaciones, actividades, intereses y conocimientos de la población española entorno a la pandemia, el virus y la enfermedad

Las principales inquietudes de los encuestados son: perder a un ser querido, las personas que no utilizan mascarilla, la posible saturación de los servicios sanitarios y un nuevo confinamiento.

Ir a sitios concurridos y utilizar el transporte público son las circunstancias que se consideran más propicias para el contagio, mientras que reunirse en casas particulares, trabajar fuera de casa y hacer la compra se consideran, según las respuestas, actividades de menor riesgo.

La dificultad percibida por los encuestados a la hora de encontrar, comprender, evaluar y aplicar la información relativa al coronavirus es muy variable. Más del 75% de los encuestados refiere que le es fácil o muy fácil encontrar información sobre los síntomas y las restricciones, averiguar qué hacer en el caso de sospechar que tiene la enfermedad, entender y seguir las restricciones y recomendaciones que dan las autoridades o decidir cuándo quedarse en casa.

La dificultad percibida aumenta, por ejemplo, cuando deben valorar si ir al médico por un problema sin relación con el coronavirus o cuando tratan de saber si la información que dan los medios de comunicación es fiable.

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